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Riesgos gestiĆ³n

QUÉ QUIERE DECIR RIESGO NATURAL La expresión “riesgo natural” se utiliza en contraposición a riesgo tecnológico, pero no implica que el riesgo sea consecuencia de un fenómeno exclusivamente natural o que el hombre no tenga nada que ver. QUÉ ES UN RIESGO Riesgo = Peligrosidad x Vulnerabilidad La peligrosidad es conocida en inglés como “hazard” y en francés como “aléa”, hace referencia a la probabilidad de que un determinado fenómeno natural, de una cierta extensión, intensidad y duración, con consecuencias negativas, se produzca. El análisis de periodos de retorno o la representación de mapas de frecuencia es objeto de esta primera parte. La vulnerabilidad hace referencia al impacto del fenómeno sobre la sociedad, y es precisamente el incremento de la vulnerabilidad el que ha llevado a un mayor aumento de los riesgos naturales. La vulnerabilidad abarca desde el uso del territorio hasta la estructura de los edificios y construcciones, y depende fuertemente de la respuesta de la población frente al riesgo. CONSECUENCIAS Los daños producidos por los riesgos naturales pueden ser: Directos (personas, bienes, agricultura y ganadería, infraestructuras, patrimonio cultural,…) Indirectos (interrupción de obras y de sistemas de producción, disminución del turismo,…). Los mapas de riesgo se elaboran estableciendo unos criterios numéricos para estimar objetivamente la vulnerabilidad y la peligrosidad. El riesgo en un punto o en una zona se determina a partir de los valores anteriores, aunque no necesariamente se calcula como producto de ambos. Recientemente se ha planteado para el cálculo del riesgo la introducción de la respuesta de la población frente al riesgo; considerándose que cuanto mejor sea esta respuesta, menor será el riesgo. Es por ello, que en algunas regiones esta respuesta se evalúa mediante un criterio numérico y posteriormente se resta su valor al producto de peligrosidad por vulnerabilidad: Riesgo = [Peligrosidad x Vulnerabilidad] – Capacidad de respuesta DESCRIPCIÓN DE LOS RIESGOS, TIPOLOGIA Clasificación de los Riesgos Los riesgos naturales se pueden clasificar de la siguiente manera: Meteorológicos/climáticos Geofísicos Biológicos Antropogénicos Mixtos Una gran parte de los riesgos naturales están fuertemente vinculados a las condiciones atmosféricas. Riesgos en que la peligrosidad está exclusivamente vinculada a las condiciones meteorológicas o climáticas: Temporales de viento Olas de aire frío o de calor Tornados y huracanes Granizo Nevadas extraordinarias Tempestades eléctricas. En un segundo lugar se hallarían aquellos en que intervienen otros factores, ya sean naturales o antrópicos: Aludes (geología-meteorología) Inundaciones (meteorología-hidrología) Deslizamientos de ladera vinculados, en algunos casos, a la lluvia (meteorología-geología). Grandes incendios forestales Sequías. Finalmente cabe hablar de aquellos riesgos naturales de origen no atmosférico pero que producen un impacto importante en la atmósfera: Erupciones volcánicas Las situaciones de fuerte contaminación atmosférica (no natural),…, éstas se hallarían en la frontera entre riesgos tecnológicos y naturales. Entre los riesgos de origen geofísico cabe destacar: Terremotos Volcanes Subsidencias Deslizamientos de terreno Caída de piedras Aludes Los relacionados con problemas costeros, esencialmente hundimiento de la costa y erosión Algunos de éstos se hallan relacionados con desencadenantes de origen meteorológico o antropogénico. Finalmente, entre los riesgos de origen biológico merece destacarse: Plagas Pestes Epidemias GESTIÓN DE LOS RIESGOS NATURALES - METODOLOGÍA Y PROCEDIMIENTOS DE ANÁLISIS DE LOS RIESGOS Dentro de la cadena de actuaciones frente a los riesgos naturales deben conocerse, de forma genérica, las medidas de prevención, tanto estructurales como no estructurales, el papel de la predicción a corto, medio y largo plazo; los agentes implicados en los sistemas de alerta; la necesaria educación del comportamiento frente al riesgo así como algunos aspectos relativos a la legislación y sistemas de seguros en relación con los riesgos naturales. Todo ello puede enmarcarse dentro de las conclusiones de la Década Internacional para la mitigación de las catástrofes naturales (DIPCN, 1990-1999), entre las cuales cabe hacer especial incidencia en la necesaria evaluación de la peligrosidad, vulnerabilidad y cartografía del riesgo. CADENA DE ACTUACIONES Prevención y Predicción La prevención contempla todas las medidas realizadas con anticipación a fin de paliar, disminuir o evitar los daños producidos como consecuencia del desencadenamiento del riesgo en cuestión. Se trata de medidas realizadas a largo plazo en función de los riesgos dominantes y que en general contemplan la adecuada gestión del territorio en función del mapa de riesgos así como actuaciones de carácter estructural (obras de ingeniería, mejoras arquitectónicas, etc.), o no-estructural (legislación y normativas sobre los usos del suelo en zonas de riesgo, etc.). Usualmente, ante el peligro de inundaciones, la sociedad ha respondido de tres maneras. Las sociedades primitivas y pre-industriales, optaban por vivir, en general, en armonía con el territorio, respetando las zonas más inundables y huyendo rápidamente hacia puntos más altos cuando las campanas, por ejemplo, daban el toque de inundación. A esto se añadían medidas de carácter mágico o espiritual como el rezo a los dioses, o, ya más adelante, oraciones y rogativas. Las medidas estructurales eran mínimas y muy locales. Con el crecimiento de la población y la revolución pre-industrial, que en nuestro caso llevó las fábricas al lado de los ríos, se comenzaron a tomar medidas estructurales, en las cuales influyó mucho el ejemplo de actuación sobre el Mississipi iniciado por los norteamericanos. La solución mediante medidas estructurales ha dominado hasta nuestros días, empujada en gran parte por una sociedad que pide, para este tema, el riesgo cero, aunque sin modificar sus hábitos y consciente de la gran especulación sobre el terreno. En los últimos años -y tal como ya manifiestan las conclusiones de la Década Internacional para la Mitigación de los Desastres Naturales- se ha iniciado una línea que apunta a la aceptación de la convivencia con el riesgo a través de un equilibrio entre las medidas estructurales y las no estructurales, más respetuosas con el medio. A modo de ejemplo, a parte de las soluciones legislativas o la creación de determinados organismos, dentro de las soluciones buscadas para intentar disminuir las inundaciones han habido dos tipos básicos de proyectos: los que hacían referencia a la modificación y/o intento de mejora global de la red hidrográfica y los que se basaban en la realización de estudios de soluciones individuales para cada río. Entre estas actuaciones cabe destacar, además de la construcción de embalses, la idea de desviar los principales ríos que atraviesan las ciudades llevándolos fuera del núcleo urbano, solución practicada, por ejemplo, en la ciudad de Valencia, o los proyectos de rectificación mediante la construcción de muros de contención o la canalización de tramos de los ríos. En los últimos 100 años se han hecho numerosas actuaciones de este tipo, principalmente motivadas por la respuesta inmediata a una inundación previa, más que a un plan director de carácter preventivo . La predicción se refiere a la anticipación del fenómeno con una mayor o menor antelación, la cual dependerá del tipo de fenómeno, ya que en algunos casos ésta tan solo se puede realizar con pocas horas de antelación y difícilmente se puede determinar el lugar de afectación (caso de una riada súbita, por ejemplo) Hay fenómenos para los que ni tan sólo es posible realizar una predicción (terremotos). Para otros, lo único que se puede anticipar es si las condiciones ambientales van a ser favorables para su potencial desencadenamiento en aquellos lugares en que exista un cierto riesgo (aludes, deslizamientos). La predicción se encuentra limitada, no solamente por el conocimiento de los factores que intervienen en la manifestación del propio riesgo sino también por las limitaciones que afectan a las propias técnicas de predicción, siendo necesaria en todos los casos una mejora continuada dónde se integren las últimas tecnologías. En conclusión: La prevención se refiere a una planificación para un futuro no necesariamente inmediato, dentro de los términos de sostenibilidad, generando medidas que han de tener una duración prolongada bastantes años, es decir, con un cierto carácter estático en contraposición a la predicción, más dinámica y que genera información y resultados en permanente actualización. Intervención inmediata La actuación inmediata se refiere a la gestión del riesgo una vez desencadenado (tareas de seguimiento del fenómeno, de salvamento, evacuación, coordinación de los cuerpos implicados como pueden ser bomberos o servicios de Protección Civil, etc.). Esta tarea está desarrollada normalmente por un único organismo rector o bien por los organismos regionales o municipales más vinculados a las zonas afectadas, o bien por la combinación de las dos posibilidades. Prevención, predicción y gestión inmediata no son aspectos desvinculados entre sí. Una buena gestión requiere una buena predicción, poniendo en juego medidas desarrolladas en la parte de prevención, como puede ser el caso de algunas medidas estructurales o de la ocupación racional del territorio en relación con el riesgo, factor que influirá sobre las tareas de salvamento. Como consecuencia de esta vinculación, en algunas circunstancias se considera la prevención, predicción y los sistemas de actuación y alerta, tal como se han definido previamente, formando parte de una única denominación. En tal caso toda la cadena de actuaciones queda agrupada bajo el nombre de “prevención” porque al fin y al cabo de lo que se trata es de disminuir los posibles daños provocados por la materialización del riesgo natural en cuestión. Diagnosis post-mortem Es el estudio de los episodios una vez han sucedido, a fin de mejorar el conocimiento de los factores implicados. En general se realiza en el ámbito de la investigación de centros especializados o universitarios. Sin embargo, podríamos incluir aquí los estudios de retorno de experiencia, en los que suelen implicarse tanto técnicos como científicos, y cuyo objetivo es analizar la gestión integral de un desastre ya acaecido, desde cómo funcionaron los sistemas de previsión y alerta hasta la evaluación de los daños producidos. El objetivo es mejorar las actuaciones futuras aprendiendo de las experiencias positivas y negativas, actuaciones que en un momento dado pueden conducir a nuevas legislaciones. A título de ejemplo merece ser destacado el estudio y movilización generada a consecuencia de las inundaciones en el Gard en septiembre de 2002, concluido en septiembre de 2003 Educación del comportamiento ante el riesgo Todos estos pasos, implican diferentes actores, pero hoy en día se considera que es la sociedad en conjunto y los individuos que la componen, los principales interlocutores ante el riesgo. Esto implica una necesaria concienciación y educación de la población, cada vez más alejada del conocimiento del territorio dónde se establece y, por el contrario, más exigente con la minimización de estos riesgos. Esta educación ante el riesgo está siendo objeto de una especial preocupación por parte de la comunidad internacional y, en particular, de la comunidad europea, como demuestran los tipos de proyectos europeos aprobados en este ámbito por parte de la DGXII y DGXI de la UE, así como los objetivos de los proyectos Interreg relacionados con los riesgos naturales, como puede ser el propio RINAMED. IMPORTANCIA DE LOS RIESGOS NATURALES Conclusiones de la Década Internacional para la mitigación de las catástrofes naturales La década comprendida entre 1990 y 1999 fue conocida a nivel mundial como la “International Decade for Natural Disaster Reduction (IDNDR)” o “Década Internacional por la Prevención de las Catástrofes Naturales (DIPCN)”, con Secretariado en Ginebra. En este marco se organizaron a lo largo de todo el periodo diversas conferencias y congresos alrededor del mundo, los frutos de los cuales todavía se están recogiendo. Entre estos congresos finales, con generación de conclusiones y recomendaciones, hay que destacar el celebrado entre el 12 y 14 de abril de 1999, en Grenoble, “Risques naturels en montagne: Conférence internationale sur les risques naturels en montagne”, en el que participaron 250 personas originarias de diferentes países, principalmente europeos. Además, se emprendieron otras acciones como la creación de grupos de expertos en desastres naturales dentro de diferentes sociedades (como la “European Geophysical Society” o la International Association of Hydrological Sciences) o instituciones, o la consideración en un lugar relevante del problema dentro del nuevo informe del IPCC (International Pannel of Climatic Change) o en los nuevos objetivos del World Climate Project-Water, ambas acciones desarrolladas bajo el auspicio de la ONU, la UNESCO y la OMM entre otros, y con propuestas y resoluciones concretas dirigidas a los gobiernos y a la sociedad. En la Conferencia Internacional sobre los Riesgos Naturales en Montaña, celebrada en Grenoble, se presentaron gran parte de las políticas de actuación europea ante el riesgo de inundaciones, dónde Francia e Italia jugaron un papel importante. De hecho el congreso fue organizado por el “Pôle grenoblois” bajo los auspicios de la ONU, el “Ministère de l'Aménagement du Territoire et de l'Environnement”, el “Ministère de l'Education Nationale, de le Recherche et de la Technologie” y la “Plateforme Nationale Dangers Naturels de la Suissa”, entre otros. El “Pôle grenoblois” nació en 1988 bajo la iniciativa de la "Isère, Département pilote", lanzada por el “Conseil Général de l'Isère”, el “Ministère de l'Environnement” y la “Délégation aux risques majeurs”, y sostenida por la “Délégation à l'Aménagment du Territoire” (DATAR), que actualmente pertenece al “Ministère de l'Aménagment du Territoire et de l'Environnement”. La comunidad internacional reconoce la necesidad de mejorar: la comprensión de los procesos físicos vinculados con los diversos riesgos naturales el análisis de su impacto sobre las construcciones y su vulnerabilidad la definición de medidas de protección óptimas que incluyen los sistemas rápidos de alerta la armonización de la cartografía de riesgos la estima de la intensidad de los fenómenos, de los umbrales de alerta y de los periodos de retorno la insuficiencia de las herramientas necesarias para poder evaluar íntegramente el riesgo y establecer los procedimientos para su reducción la necesaria implicación de todos los actores sociales en la mitigación del riesgo Crecimiento de los daños producidos por los riesgos naturales A nivel europeo, y Catalunya no es la excepción, se constata un crecimiento significativo de los daños producidos por los fenómenos naturales en las últimas décadas, atribuido sin probada justificación al cambio climático. Hay otras razones que se tienen que tener en cuenta: el aumento del nivel de vida la concentración de la población infrastructuras y bienes en lugares privilegiados desde un punto de vista económico o lúdico, pero con existencia de riesgo de inundación crecimiento de la mobilidad por carretera o tren desarraigamiento por parte de la población de las características naturales de los lugares donde habitan o se instalan y de sus riesgos falta de concienciación y educación ante el riesgo de inundaciones con las consecuentes actuaciones incorrectas o imprudentes Así pues, un desarrollo eficaz de la prevención y de las estrategias de atenuación exige conocer las verdaderas razones de este aumento del riesgo.

desastre

El concepto de desastre

Otro término que se considera importante aclarar es la palabra desastre o catástrofe, que en sentido amplio, se refiere a un  acontecimiento súbito, inesperado o extraordinario que provoca  perjuicios en la vida de los individuos. "Es la realización del peligro" ( Smith, 1992, p.6). Para Naciones Unidas desastre es todo "evento concentrado en tiempo y espacio en el cual una comunidad sufre daños  severos y  tales  pérdidas afectan a sus miembros y  a  sus  pertenencias físicas  de forma tal que la estructura social se resiente  y  la realización   de  las  principales  funciones  de   la   sociedad también". (Naciones Unidas, UNDRO, 1984, p.80). En el ámbito de las ciencias sociales, interesan los  desastres  que afectan a toda una comunidad residente en un área  geográfica  y  que alteran el curso normal de sus  vidas  provocando enfermedades,  muerte,  pérdidas materiales u  otras  privaciones graves. Los agentes que provocan estos acontecimientos pueden ser naturales  o producidos por el hombre: terremotos,  inundaciones, tornados,  epidemias, incendios, guerras. Los efectos  van  desde una  gama  de consecuencias directas y  tangibles  como  pérdidas económicas  o muertes hasta efectos indirectos, como  por ejemplo enfermedades o migraciones. Los términos de peligro y desastre se suelen usar indistintamente, aunque el segundo implique un acto de destrucción y por lo tanto se le preste mayor atención, especialmente por parte de la legislación, mientras que el primero implica una destrucción en potencia . Un término equiparable con desastre es catástrofe, cuya etimología, proveniente del griego katastrophè (trastorno, desenlace dramático) se compone de dos raíces, kata (hacia abajo) y strepho (dar vuelta). Su significado genérico es el de suceso infausto y extraordinario que altera el orden regular de las cosas. Es un término muy usado en literatura para significar desenlace desgraciado y propio de la tragedia. Por extensión se lo utiliza en el lenguaje cotidiano como el conjunto de severas dificultades producto de un fenómeno peligroso. En este sentido es equivalente al concepto de desastre y como tal se lo considerará en el presente trabajo.

desastre o catástrofe es el conjunto de daños consecuencia o producto del peligro.

Peligro

) El concepto de peligro

Otra aclaración terminológica que se impone es la del término peligro: del latín periculum: "contingencia inminente de perder una cosa o de que suceda un mal" (Espasa Calpe,  1975, p.57). Diversos diccionarios coinciden en sus términos equivalentes, en francés: péril, danger, alea; en inglés: peril, hazard.

En las investigaciones realizadas en geografía de los riesgos, se ha puesto cada vez más de manifiesto que peligro es un evento capaz de causar pérdidas de gravedad en donde se produzca. El peligro implica la existencia del hombre que valora qué es un daño y qué no. Los fenómenos naturales no son en sí mismos perjudiciales, por ejemplo, para los antiguos egipcios las inundaciones del Nilo no eran acontecimientos peligrosos. Las inundaciones, sequías, tormentas, terremotos, erupciones volcánicas, huracanes y otros, son fenómenos naturales, que solo se convierten en peligros si ocurren donde vive la gente. "Los peligros naturales resultan de los conflictos de los procesos geofísicos con la gente..." (Smith, 1992, p.9). Esta interpretación de los peligros naturales, da al hombre un protagonismo central en la definición, puesto que es a través de su localización, sus acciones y sus percepciones como un fenómeno natural se vuelve peligroso o no. Por su parte, Naciones Unidas sostiene que, peligro natural es "la probabilidad de que se produzca, dentro de un período determinado y en una zona dada, un fenómeno natural potencialmente dañino." (Naciones Unidas, 1984, p.80)

También existen los peligros antrópicos o sociales, que son aquellos cuyo origen está en las acciones de los hombres. Algunos prefieren llamarlos tecnológicos, por ser estas actividades sus principales responsables. Pero este concepto se considera que no es suficientemente amplio, pues existen otros peligros provocados por acciones humanas que no tienen por causa actividades tecnológicas: como por ejemplo la pobreza, la delincuencia, la drogadicción, las enfermedades.

Hacia 1964, Burton y Keates definieron el peligro ambiental como "todos aquellos elementos del ambiente físico nocivos para el hombre y causados por fuerzas ajenas a él." (Burton en Capel, 1984, p.10). Para interpretar esta definición hay que tener en cuenta que, cuando recién se comenzaron los estudios sobre peligros, peligro natural y peligro ambiental eran casi sinónimos. Con el transcurso del tiempo y la evolución de los estudios, los conceptos se separaron. Asimismo, los peligros provocados por el hombre se hicieron cada vez más notables y hubo que incorporarlos en las definiciones. De ese modo se comenzó a hablar de:

-peligro natural: cuando el fenómeno que produce el daño tiene su origen en la naturaleza,
-peligro antrópico: cuando el fenómeno que produce la pérdida tiene su origen en acciones humanas y
-peligro ambiental: cuando el evento que causa el perjuicio tiene causas combinadas, es decir naturales y/o antrópicas.

Esta idea de peligro ambiental incluye peligros naturales agravados por acción del hombre, peligros antrópicos agravados por la naturaleza, peligros antrópicos que afectan a la naturaleza, etc.

En l978,  Kates da una definición más  amplia  de   peligro ambiental "...amenaza  potencial que enfrenta al hombre  con  la naturaleza  por  eventos que se originan en, o  son  transmitidos por, el ambiente natural o artificial." (Kates en Smith, 1992, p.14). En  esta definición, se pueden incluir peligros tan  variados como: las reveniciones, la desertización o la  polución atmosférica, que son deterioros ambientales de largo plazo;  junto con peligros sociales más inmediatos, como el crimen, la guerra, el terrorismo o la droga. Smith, sostiene que "peligro es una amenaza potencial para los seres humanos y su bienestar." (Smith, 1992, p.6). Más recientemente,  el mismo autor ha definido los  peligros  ambientales como "eventos geofísicos extremos  y  accidentes  tecnológicos mayores  caracterizados  por escapes concentrados  de  energía  o materiales  que  presentan  una amenaza inesperada para la vida humana y puede causar daños significativos al ambiente y  propiedades." (Smith, 1992, p.16). Esta definición es más restringida que la de Kates (1978) por cuanto sólo contempla como peligro ambiental los peligros naturales o eventos geofísicos extremos y los peligros tecnológicos, dejando fuera el concepto de peligros sociales o antrópicos.

Más allá de las diversas definiciones sobre peligros y las diferencias que se puedan encontrar en ellas, la  mayoría de los autores parecen coincidir en algunos rasgos en común:

-riesgo de exposición: normalmente involuntario,
-tiempo de advertencia: corto, excepto en el caso de peligros como la sequía, la pobreza, etc.
-resultados: producen daños (desastres) que justifican medidas de emergencia,
-pérdidas: sufridas a corto o largo plazo según los casos.

El concepto de peligro que se propone en este trabajo es el siguiente:

peligro es la ocurrencia o amenaza de ocurrencia de un acontecimiento natural o antrópico. Esta definición de peligro se refiere al fenómeno tanto en acto como en potencia.

Riesgo

a) El concepto de riesgo

Según la Real Academia Española la palabra riesgo implica la proximidad de un daño, desgracia o contratiempo que puede afectar la vida de los hombres (Real Academia Española, 1992, p.1.562). Este término, muy empleado en Economía, Política y Medicina, ha extendido su uso a todas las ciencias. Es frecuente encontrar que el término riesgo se usa como sinónimo de peligro. Esta confusión proviene del origen de los términos y su etimología.

El origen del término riesgo es incierto; según Díez y otros lingüistas, se relaciona con el castellano antiguo resegue (resecar, cortar), cuya acepción, muy usada en la Edad Media, es sinónimo de lucha, contradicción y división. Por ello se piensa que probablemente todo el grupo riesgo-risco procede del latín resecare, cortar, que tiene doble acepción: por un lado división, discordia y por otro, lugar quebrado y fragoso. Etimológicamente riesgo proviene de rísico o rischio (peligro). Se cree que puede tener origen común con la palabra castellana ‘risco’: peñasco escarpado, escollo, promontorio, antiguamente ‘riesco’, que se aplicaba también al peligro que corría el que transitaba por escollos o promontorios escarpados (rhizicare).

Naciones Unidas, a través de su Oficina de Coordinación para el Socorro en caso de Desastres (UNDRO), trabaja activamente en todos los temas relacionados con estos. A tal efecto, ha elaborado una serie de definiciones entre las que figuran la de riesgo: "grado de pérdida previsto debido a un fenómeno natural determinado y en función tanto del peligro natural como de la vulnerabilidad". (Naciones Unidas,  1984, p. 80).

Jean Gallais en su obra Los Trópicos: tierras de riesgos y de violencias define el riesgo como "una probabilidad amenazante" desde un ángulo de aproximación esencialmente humano. Así sostiene que el término riesgo "está cargado de futuro, de un temor respecto del porvenir ligado a una cierta tensión humana o a fenómenos naturales que tienen una cierta probabilidad de producirse. Analizar globalmente un riesgo, es establecer un sistema de observaciones y de conceptos que permiten definir su frecuencia, sus tendencias si no sus leyes, en suma una potencialidad de violencia." (...) "La violencia está en la lógica del riesgo" (Gallais,  1994:7).

Los riesgos implican un mayor grado de controversia científica que los peligros, tanto respecto de sus causas como de sus consecuencias y probabilidades de ocurrencia. La acepción más divulgada de riesgo es la de peligro que se corre. En líneas generales coincidiría con la acepción dada en este trabajo a la palabra riesgo:

riesgo: es la probabilidad de ocurrencia de un peligro.

El concepto incluye la probabilidad de ocurrencia de un acontecimiento natural o antrópico y la valoración por parte del hombre en cuanto a sus efectos nocivos (vulnerabilidad). La valoración cualitativa puede hacerse cuantitativa por medición de pérdidas y probabilidad de ocurrencia. Cuando se cuenta con los datos adecuados para realizar un cálculo de probabilidades se puede definir el riesgo. En cambio, cuando no existe posibilidad de calcular probabilidades, sino que solo existe intuición o criterio personal, se está frente a una incertidumbre.

Sistema

Sistema

Este sistema es el que hay que conocer y comprender para entender el lugar que ocupa el riesgo en el mismo

 

algunos conceptos

La amenaza es un peligro latente asociado con un fenómeno físico de origen natural, de origen tecnológico o provocado por el hombre que puede manifestarse en un sitio especifico y en un tiempo determinado produciendo efectos adversos en las personas, los bienes, servicios y el medio ambiente. Es un factor de riesgo externo de un sistema o de un sujeto expuesto, que se expresa como la probabilidad de ocurrencia de un evento con una cierta intensidad, en un sitio especifico y en un periodo de tiempo. Cuando se habla de amenaza sísmica se refiere a la probabilidad de manifestación de sismos de una intensidad determinada durante una ventana de tiempo específica.

La vulnerabilidad es el factor de riesgo interno de un sujeto o sistema expuesto a una amenaza, correspondiente a su predisposición intrínseca a ser afectado o de ser susceptible a sufrir un daño. Corresponde a la predisposición o susceptibilidad física, económica, política o social que tiene una comunidad de ser afectada o de sufrir daños en caso de que un fenómeno desestabilizador de origen natural o antrópico se manifieste. La diferencia de vulnerabilidad del contexto social y material expuesto ante un fenómeno peligroso determina el carácter selectivo de la severidad de los efectos de dicho fenómeno. Una curva de vulnerabilidad o fragilidad sísmica es una función que relaciona la intensidad sísmica con el daño o pérdida esperada en un elemento expuesto específico.

Las vulnerabilidades son los aspectos de la sociedad que precondicionan o hacen propensos a sectores, grupos, familias o individuos de sufrir pérdidas y de encontrar dificultades para recuperarse de éstas. Además de la vulnerabilidad física de los elementos expuestos ante una amenaza la vulnerabilidad tiene expresiones en términos de los niveles económicos y de bienestar de la población, en sus niveles de organización y educación, en sus características culturales e ideológicas, y, de forma relacionada, en términos de su localización en el territorio, con el manejo de su medio ambiente, y en las características y resiliencia de sus estructuras habitacionales y productivas y de su adecuación al medio físico próximo y a las amenazas que presenta.

El riesgo es la probabilidad de ocurrencia de consecuencias económicas, sociales o ambientales en un sitio particular y durante un tiempo de exposición determinado. Se obtiene de relacionar la amenaza con la vulnerabilidad de los elementos expuestos.

El riesgo es el resultado de la relación dinámica y dependiente entre amenazas y vulnerabilidades y se manifiesta en territorios definidos y circunscritos. El riesgo es dinámico y cambiante, de acuerdo con la variación que los distintos factores sufren en el tiempo y en el territorio, producto de cambios en el ambiente natural y en la sociedad.

La gestión de riesgos es el planeamiento y aplicación de medidas orientadas a impedir o reducir los efectos adversos de eventos peligrosos sobre la población, los bienes, servicios y el medio ambiente. Acciones integradas de prevención-mitigación de desastres y preparación para la atención y recuperación de población potencialmente afectable. Involucra la identificación del riesgo y la reducción del mismo como medidas ex-ante y el manejo de desastres como actividades ex-post.

La gestión de riesgos es un proceso social complejo a través del cual se pretende lograr una reducción de los niveles de riesgo existentes en la sociedad y fomentar procesos de construcción de nuevas oportunidades de producción y asentamiento en el territorio que desde su diseño garanticen condiciones de seguridad para el futuro. Como proceso, la gestión de riesgos no puede existir como una práctica, actividad o acción aislada. Más bien debe ser considerada como un componente íntegro y funcional del proceso de gestión del desarrollo global, sectorial, territorial, urbano, local, comunitario o familiar; y de la gestión ambiental.

La mitigación es la planificación y ejecución de medidas de intervención dirigidas a reducir o disminuir el riesgo. La mitigación es el resultado de la aceptación de que no es posible reducir el riesgo totalmente. Se refiere a aquellas medidas que pueden ser tomadas para reducir los factores de vulnerabilidad en la sociedad y así reducir la posibilidad o la magnitud de futuros desastres o daños en general. Estas medidas suelen diferenciarse entre estructurales y no estructurales.

La prevención son las medidas y acciones dispuestas con anticipación con el fin de evitar o impedir la ocurrencia de un evento adverso o de reducir sus efectos sobre la población, los bienes, servicios y el medio ambiente.

La definición de medidas de prevención y mitigación requiere llevar a cabo, entre otros, análisis geográficos, topográficos y geológicos. Dichos análisis también permiten identificar las zonas más adecuadas para la localización de áreas residenciales, infraestructura y actividades productivas.